viernes, 19 de octubre de 2012

Las promesas

Son como las tareas, hay que trabajar en ellas, pero diferentes a las obligaciones porque no hay contratos de por medio sino esperanzas y sueños. Las promesas nos elevan a otro nivel, nos sacan de esta realidad, hacen que las personas que las escuchan respiren aires de libertad.
Creo en Dios y tengo fe, creo en los ángeles y en el servicio que nos prestan, creo en la fuerza vital que responde a los llamados del corazón, a los deseos.
La tierra prometida está entre el cielo y el mar, en un lugar imaginario que llamamos horizonte, allá donde desaparecen los barcos y el sol. Los colores del día en esa tierra varían de acuerdo al estado de ánimo de quien la visite, por eso es mejor viajar bajo un alias y sin uniforme.

Prometo renunciar a mi trabajo, prometo regalar todas mis pertenencias, prometo viajar a una playa en Perú y prometo vivir allí hasta que pueda dibujar en un cuadro el horizonte con sus colores.

Cala-mar / Cama-ron / O-la / O-caso.