domingo, 22 de abril de 2012

Cielo negro en una ciudad de mil colores

Estorba en la mente el análisis del comportamiento de las masas; no hablo de repostería ni de pizzerías, hablo de la gente. Vivo en una ciudad acostumbrada a las costumbres y la mayoría de ellas son malas porque los dirigentes no han tenido ni una pizca de intención en enseñarnos lo que se debe hacer o lo que es "bueno". Por ejemplo, es bueno disfrutar de la música al aire libre, es bueno hacer ejercicio en los parques, es bueno ir al mar, es bueno ver una obra de teatro, es bueno leer un libro. Encontrar la diversión y lo que llena el alma en cosas inmateriales que satisfagan el espíritu, y no en cosas materiales, como ir a centros comerciales.

Centros comerciales, hijos del imperio Yanki con sus gordos rodantes, sus mujeres perfectas, sus niños perdidos y sus papas fritas que reanudan el ciclo de perdición.
Pudrición está escondida en las letras de un bolero, o de un rap... Reptiles tratan de encarcelar a una pacifista en Myanmar y los amos del mundo destapan las cloacas de África para depositar almas en pena provenientes del mar Adriático. Sigo escribiendo en pro de un advenimiento, pues espero conservar la calma en momentos sin aliento, corrijo la escritura de los apóstoles para evitar malentendidos, genero caos en lugares donde el silencio escasea hace años. Miles de niños pierden sus extremidades en Irak y las mujeres lloran las víctimas de Kabul, Afganistán.

No hay comentarios: