lunes, 20 de febrero de 2012

El regalo de Aluna vive en Santa Marta


Para Laura

Todos los días que me despierto de buen humor, normalmente a las 7 de la mañana, busco la cámara fotográfica que dejo sobre la mesita de noche justo antes de dormir y deslizo el protector de la lente y sin posar mi retina sobre el visor presiono el disparador; es la foto para asegurar el día, en el caso de que no tenga otro momento para tomarle otra al cielo.
Curiosamente mi cielo de hoy no fue fluorescente, lo llamo así por el nombre de las lámparas de tubo que se usan en los negocios comerciales, como en mi trabajo, donde me la paso la mayor parte del día. Mi cielo de hoy fue real, lo vi en un parque y mientras caminaba tomé muchas fotos pero todas estaban "corridas".

La mujer que me gusta imaginar a mi lado es libres de alma, tiene ojos que hablan, una sonrisa que contagia, su figura que combina con cualquier ritmo musical es armoniosa, el cabello que le huele a flores, la piel de colores diversos, lunares escondidos y esa voz de ángel. Viste prendas coloridas, lleva una flor adornándole la cabeza, tiene toda la tecnología necesaria a su disposición para decirle a todos que está bien. Una belleza tropical imagino: Una mujer que le guste el agua del mar, que camine por la arena dejando sus huellas con gusto, una que use un sombrero blanco con una banda negra mientras toma algun cocktail y de fondo se escuche la música que programa una emisora de radio caribeña. Ella hablará de cultura usando palabras procaces y yo suavizaré la conversación con un silencio correspondiente a la admiración de una deidad. Me huele a aceite de coco, a bloqueador solar, a selva.

Tu recuerdo siempre será bello, espero que vivamos un presente juntos alguna vez.

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