jueves, 5 de enero de 2012

La isla es mi villa

Durante la madrugada de ayer tres estrellas fugaces, dos grandes y una pequeña, visitaron mi campo visual. Se dejaron ver lo justo y partieron a otras latitudes cósmicas, y yo, como es costumbre, sembré mis deseos confiando en que crecerán como los girasoles.
La luz, el tiempo, los silencios, el olor que dejan las olas sobre la tierra cuando se van, la brisa mañanera, los secretos de los sueños bajo las estrellas, todo eso mezclado es un brindis seguro por el amor.
La curiosidad no es mi amiga hoy, la suerte está de mi lado sólo por interés y la fortuna todavía está esperandome a mitad de camino.
Despertar, tropismo de mi corazón...

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