La nada, lugar a donde van los gallinazos cuando ya comieron y a donde vamos los hombres cuando queremos ser libres. En la cima de la montaña me encuentro, escarbando en la tierra de mis sueños para sacar el pergamino que escondieron los antepasados tibetanos para enseñarnos lo que debemos saber acerca del estado ideal.
La nada, estado ideal del ser que vive en paz consigo mismo, lugar escondido en algún rincón de una galaxia lejana al que se llega en sueños y al que nunca entrará un hombre rico porque lo tiene todo. Me sumerjo en el océano de ideas para encontrar la más legítima y pienso, entre aves del color del cielo mañanero, dónde estará el ápice del árbol de la sabiduría que quiero cultivar en mi granja de deseos.
Mi granja de deseos, lugar al que me toca ir cuando pienso en ti y no puedo mirar el cielo.
1 comentario:
Me encanta dani, escribes de maravilla; sigue asi :)
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