viernes, 13 de enero de 2012

Londres no me pertenece


La ciudad está enferma, los parásitos se han apoderado de sus arterias y están llegando a su corazón. La ciudad no tiene quién la cure, ni el sol ni la luna pueden sanar las heridas abiertas que le causan los seres que la habitan toda. La ciudad está sola, como una oruga en su intento por evolucionar quedó apartada porque la separaron de su hermano El campo hace unas cuantas administraciones. La ciudad es un peligro, lo dice todo el mundo y lo gritan los noticieros pero no sirve de nada. La ciudad va a caer con todo lo que ella contiene: Montes, hombres, mujeres, animales, inventos, ríos y mares y sólo aquellos que vivan en el cielo podrán sobrevivir.

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